Pescando en Ríos
Articulo original de Joe Cermele
Cuando se disparan las
temperaturas de verano, es hora de moverse a donde las agua corren rápido y
buscar un remanso generado por una represa hecha por troncos atrapados o a un
recodo del río que provoca una temperatura fría y en donde los peces se ponen agresivos. Llega allí al amanecer, armado con tu caña de
casteo de 7 a 8 pies, con un carrete que soporte líneas resistentes (en mono de
30 a 40 libras o más en línea trenzada). Los depredadores hambrientos se
encontraran al amanecer en la superficie, agrupados en cardúmenes en los puntos
donde el agua se vuelve tranquila y se encuentran los bajos de arena y grava(A), en espera de las escuelas de peces
pequeños. Sus ataques serán superficiales
agresivos y continuos como una ráfaga.
Comienza con un señuelo de propela
grande y ruidoso, recupéralo en fuertes tirones para generar el máximo de ruido
y da pausas tranquilas para de nuevo recuperarlo.
En cuanto empiece a aclarar
la niebla y comience a asomarse el sol, cambia el señuelo por uno de superficie
que no sea ruidoso, recuperándolo lentamente a través de la superficie con
tirones suaves para que la cola se suma y este se
desplace hacia adelante y
hacia atrás de forma errática, dejando una estela detrás de él. A media mañana,
habrá que moverse a 5 o 10 pies de los diques a los agujeros adyacentes, a los
bancos poco profundos y barras de arena (B),
ahí deberás de considerar el uso de un jerkbait suave de 10 cm equipado con un anzuelo
o Jig de agudas puntas. A los peces grandes no les gusta demasiado la luz del
sol, lánzalo en los puntos sostenlo
firmemente y hazlo recorrer en el fondo y socavar
a los bancos de arena y sobre los árboles sumergidos (C); tira el señuelo alrededor de estos lugares y recupéralo rápidamente
como si patinara por toda la superficie.
Suerte y sigamosle terqueando con todo a esto de la pescada
HR
HR
No hay comentarios:
Publicar un comentario